Por Gloria Jaliff
“Esta idea es absolutamente ridícula”, me dijeron en la Universidad. Se le ocurrió sólo al Che, a un guerrillero, a nadie más... pero por supuesto que no es cierto! No es cierto que el Che sea sólo un guerrillero y no es cierto que esta idea se le ocurriera solo a él. A mí también se me ha ocurrido desde que tengo uso de razón. Pero, claro, jamás tuve la fuerza del Che ni encontré a alguien que me comprendiera y fuera mi cómplice. Aunque me fue posible trascender en mis hijos, sigo pensando en “esta idea ridícula”... y, si hacemos historia, a otros muchos también se les ha ocurrido.. vaya la noticia!
Veamos juntos, a qué clase de “Hombre Nuevo” nos referimos los que buscamos siempre, laVerdad en las cosas.
Según Blas Pascal, matemático, físico y filósofo francés (1623-1662) "el hombre no es más que un junco, el más débil de la naturaleza, pero un junco pensante"; y recuerda que su padre decía: "Todo lo que es objeto de fe, no puede serlo de la razón".
Sobre este basamento racional-consciente se sustenta la libertad del hombre, entendida como exención de trabas. Y según la índole de las trabas se distingue varias clases de libertad, como la facultad de la voluntad para determinarse a ser quien es o el que se quiere ser.
Nos referimos en primer término a “la libertad física o de acción; a la moral, o facultad de poder resolverse algo, como pasear y en tercer término, a la sicológica, la cual es la facultad de poder resolverse algo sin ataduras síquicas, es en otras palabras la voluntad de querer como se quiera”.
Por tanto, sin libertad y sin la posibilidad de querer de tal o cual manera, el hombre no puede razonablemente ser más responsable de las orientaciones de su voluntad ni más digno de premio o castigo de lo que lo es un enfermo de su enfermedad. Por consiguiente, sin libertad no cabría tampoco separar con razón la bondad moral o la maldad del querer del puro valor de utilidad.
Con mucha razón afirma Jean Paul Sartre (1905-1980): "Cuando yo elijo, elijo por todo el mundo, soy responsable de algún modo del pasado y del futuro del mundo"
Lo que hará Nietzsche será avanzar y retroceder sobre lo mismo, sobre dos impulsos estéticos, apolíneos y dionisíacos, que son dos categorías básicas para entender el arte y al hombre.
Según Nietzsche el hombre se adscribe a los dos impulsos, los cuales, le reconcilian con la muerte y que se dejan empañar por la belleza de la vida. Nietzsche busca un hombre capaz de producir admiración, de hacer cosas grandes. Para él, la historia es un eterno retorno: dolor, mentira, maldades…es decir, en la historia no vale la flaqueza. El superhombre está preparado para la lucha y es necesario para individualizarse estéticamente. Todos los logros y objetivos se veían desde un estado estético.
El superhombre debe, por lo tanto, asumir dos fuerzas contrarias: el impulso apolíneo y el impulso dionisiaco.
Lo que pretende Nietzsche definir mediante la ‘aceptación infinita de la vida’ no es la aceptación del hombre. El espera que el ‘eterno retorno’ traiga consigo un nuevo tipo de ser humano, expresión y encarnación de la ‘voluntad de poder’. El hombre actual debe, en su opinión, ser superado, y todos los valores de la moral corriente, que es una moral gregaria que tiende a la nivelación y a la igualdad, deben ser transmutados.
Con esta introducción, me permito introducir al “hombre nuevo” del médico argentino, Ernesto Che Guevara. A través de su propia pluma analizaré el texto dirigido a Carlos Quijano Quijano, del semanario "Marcha", Montevideo, marzo de 1965. Leopoldo Zea, Editor. "Ideas en torno de Latinoamérica". Vol. I. México: UNAM, 1986.
Refiriéndose a su lucha a favor de nuevas ideas, define al proceso, como “aquel en el cual solamente existían gérmenes de socialismo pero, destaca que el hombre, era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado.”
Mas adelante enfatiza la idea de fuerza que emana de un movimiento, teniendo en cuenta el ambiente donde se desarrolla. “Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar, y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo.”
Da un paso más y agrega: “En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro.”
Aparecía para el Che, “en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa. Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Este tipo de masa se contradice con la que sugiere el comandante, el cual desea sea un movimiento de individuos pensantes y responsables de sus acciones. La masa de rebaño es la que José Ortega y Gasset, filósofo español (1883-1955), describe en “La Rebelión de las Masas” cuya primera publicación fue en 1930 y que habla de la total supeditación del individuo, la masa realiza y acepta sin ningún razonamiento, lo que el estado o la moda decide.
Para El Che, es posible que la masa se supedite al estado pero solamente si es beneficiosa para el individuo, cuando el estado cumple con los deseos del pueblo y le brinda educación y seguridad. Sin embargo, afirma El Che,
“el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectifica.”
Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con la masa. Debemos mejorarlo durante el curso de los próximos años, pero, en el caso de las iniciativas surgidas en los estratos superiores del gobierno, utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados.
Lo difícil de entender para quien no viva la experiencia de la Revolución es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes.
Aquí me detengo, para recordar al filósofo español Ortega y Gasset en La rebelión de las masas.
Este filósofo dedicó todo un libro para analizar a la masa de rebaño, como factor de fuerza positiva para el capitalismo devastador y corrupto de nuestro tiempo.
En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En ésta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de su comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de su vida, va modelando su camino y su destino.
Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que éste se percate. El individuo no sometido, “un hombre nuevo,”aunque, sólo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito, se lanza a su conquista. De todos modos, se muestra el camino con escollos que, aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. E1 premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros. Por lo tanto, para instalar el comunismo y superar la dependencia y la alienacion de los hombres que viven en el Universo, es por lo tanto, necesaria la creación de este Hombre Nuevo. Con esta creación, se evita que la generación que está dislocada por sus conflictos se pervierta y por ende. tenga algún tipo de influencia sobre la nueva generación.
Intentaré, ahora,de acuerdo a los conceptos del Che, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.
La base fundamental del Hombre Nuevo es su educación; ya que es allí donde se va a lograr el cambio de conciencia, ideológicamente hablando. De esta manera, va actuando en jóvenes de todas las edades y se irá formando esa nueva generación que se espera ansiosamente, que irá creciendo con ese amor ferviente característico de un buen revolucionario. En otras palabras, no nacerá con el pecado original, así pues se irá encontrando la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica.
Lamentablemente , la creación del Hombre Nuevo no fue entendida en es tiempo ni ahora, sin embargo, es un factor importante dentro de los grupos de vanguardia, debido a que representa las ideas del siglo XXI, aunque, para la época, haya sido una aspiración subjetiva y no sintetizada.Esas ideas que representará dicho individuo, van a ir orientadas a la realización de esos cambios importantes que tanto se buscan: la transformación de estructuras sociales, de las instituciones políticas y del régimen existente. Esto nos explica la importancia del Hombre Nuevo y la necesidad de su existencia en una sociedad que quiere vivir en una libertad plena y en igualdad de beneficios para todos. De esta manera y gracias a la creación del Hombre Nuevo, el Che deseaba poder llegar al socialismo deseado.
En el texto enviado por él a Carlos Quijano, Director del semanario Marcha, de Montevideo, el Che expone algunos de estos conceptos:
● "… el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad."
● "hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad…"
● "Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización."
● "El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria. Así educamos a nuestro pueblo."
● "La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario."
● "Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos."
De la concepción del Che sobre el Hombre Nuevo comprendemos en conclusión que, no hay revolución ni sociedad justa ni verdadera, si no se realiza en ellas, la creación y formación de este Hombre Nuevo, cuyo sello distintivo, sea la solidaridad, el humanismo, la entrega total a sus ideas y la predisposición al sacrificio. Me pregunto si no es más dificil vivir en una sociedad corrupta que vivir con esa creación de ese hombre digno, libre, moral, justo y responsable. Qué nos detiene?
29-5-09
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