A LIBANO (Soneto)
Sonaban recio, golpeando, oscuro,
las bombas siniestras sin salida.
Para levantarlo todo de una sacudida,
Líbano entera se refugia en sus muros.
Blindados, helicópteros, cañones herían,
exponiendo el primer golpe duro,
y cegando inocentes al futuro,
más las almas puras resistían.
!Qué desesperación y qué desventura!
guerra contra civiles descuajados
en el Monte Carmelo del tormento.
Todo huele a rabia de pobres criaturas,
a tiempo dormido de parientes despojados,
y a luz rota del lamento.
Gustavo Flores Quelopana (Perú)
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