Sunday, August 22, 2010

Susana Villarán, por una Lima ecológica, social y sin corrupción

Por Claudio Chipana

Por primera vez en varias décadas, el pueblo peruano, aunque en este caso se trate de elecciones locales, tiene la oportunidad de optar por una opción de izquierda, honesta y con un mensaje nuevo.
En efecto, Susana Villarán tiene todas las credenciales del caso para ejercer la jefatura de la alcaldía de Lima, un urbe que urge cambios en todos los aspectos, especialmente en la seguridad ciudadana, el transporte y el buen manejo de la inversión pública. Desde que Susana ha asomado a mejores posiciones en las encuestas, muchas de ellas engañosas y amañadas, la derecha con todo su aparato de escribas y lacayos ha empezado una campana sostenida de demolición , desprestigio a la candidatura de Susana Villarán. La acusan de pro terrorista, chavista, violentista, etc. Pero es curioso ninguna acusación tiene que ver con su conducta que es intachable.

Precisamente si los otros candidatos voceados por esa derecha retrograda y sus corifeos han ido perdiendo piso es porque cada día no han parado de filtrarse denuncias de su involucramiento con hechos dolosos, corrupción, malversación, complicidad con narcotraficantes, entre otras perlas. A medida que esto se ido haciendo evidente, pues no se puede tapar el sol con una mano, Susana ha subido en las preferencias vertiginosamente. Pero no todo la favorece, la desfavorece por ejemplo el apoyo que el gobierno viene dando a los candidatos cuestionados particularmente a Kouri, el de los peajes, lo cual es un secreto a voces. La desfavorece el hecho de que los medios de comunicación le regatea espacios para la difusión de su campaña cuando no enfilan sus dardos contra ella. El gobierno no tuvo ni siquiera la hidalguía de apoyar a su propio candidato. Una vez más la política no es docencia ni decencia sino puro calculo de poder y contubernio. Aquí los principios sobran.



Por primera vez pues desde los tiempos de Barrantes Lingán hace 20 años, cuando ganó la alcaldía con las banderas de la Izquierda Unida, ahora a los limeños son puestos frente a una decisión que puede marcar una pauta para el proceso electoral nacional que se avecina para principios del próximo año. O el continuismo o el verdadero cambio. Susana, una persona que no oculta su filiación socialista, es a no dudarlo la candidata de la honestidad frente a tanto personaje que tienen rabo de paja. Uno de ellos un personajillo que fue capturado en Miami contrabandeando miles de dólares por la aduana, y que ahora por obra y gracia de la amnesia colectiva y la complicidad mediática resulta que esta hasta de favorito en las encuestas.



Es la hora de la izquierda, y de las posiciones de avanzada, que abogan por el cambio a favor del pueblo, pero el cambio verdadero no demagógico. Las condiciones están maduras para ello, luego del fracaso estridente del manejo neoliberal de la economía, lo cual se traduce en el hartazgo de la gente en la falta de una distribución de la riqueza a pesar del crecimiento del que hace gala la versión oficial. Pero sin embargo hay un trecho por recorrer. No todo está cantado. Dependerá de la madurez, responsabilidad y correcta evaluación de las circunstancias y alianzas necesarias entre las fuerzas progresistas superando los errores de la izquierda en el pasado.
Veremos que ocurre estas semanas que quedan.



Londres 20-8-10

Saturday, August 14, 2010

Bicentenario de los pueblos

El Bicentenario de los pueblos
Por Claudio Chipana

La celebración del Bicentenario pone sobre el tapete diversos enfoques, problemáticas y propuestas desde los distintos sectores de la sociedad en torno al significado de la independencia especialmente si se parte de las condiciones históricas actuales. ¿Qué es lo que realmente celebramos? ¿Qué lecciones extraer después de 200 años de la independencia? ¿Somos realmente independientes?

En realidad la lectura del bicentenario es múltiple y encontrada porque dependerá del punto de vista de clase que se maneje, dependerá de nuestra comprensión de la historia, de cómo nos vemos a nosotros mismos, de nuestra noción de lo que es Latinoamérica.

Por eso hay un discurso oficial del bicentenario que lo ve como algo del pasado, como una suma de hechos y personajes, y que sólo cabe recordar. Este es un punto de vista que responde de una u otra manera a la posición de las elites, sectores conservadores que tradicionalmente han detentado el poder, el poder económico y mediático. Por otro lado tenemos, cada vez con más fuerza, los discursos alternativos desde los sectores populares y nacionales, indígenas, pobladores, campesinos, estudiantes, mujeres, etc., incluyendo a nuevos gobiernos latinoamericanos que están realizando cambios a favor del pueblo, discursos que plantean un bicentenario alternativo y que destacan sobre todo el hecho de que la independencia es una tarea inconclusa.

Precisamente, se trata de establecer cómo la revolución de la independencia, no obstante la participación del pueblo, indios, negros, o pardos y mestizos como se les llamaba entonces, a menudo ignorados por la historia oficial, terminó favoreciendo a una minoría criolla que se transformaron en los nuevos señores, en la nueva elite dominante. Como lo han señalado Jorge Basadre y otros, la República estuvo de espaldas al indio e incluso en contra del indio. Es decir, La Independencia pese a su proclama libertaria dio lugar a un estado oligárquico excluyente, seudo liberal, caudillista y gamonal.
Y ¿por qué un bicentenario alternativo? Pues, frente la realidad existente en Latinoamérica, con un sistema socioeconómico, desigual, excluyente, orientado al mercado, no es gratuito que a 200 años de la Independencia emerjan las voces desde abajo que reclaman un Bicentenario distinto y que se plantean lo que aún hay por hacer. Ahí están los distintos pronunciamientos que reclaman la inclusión de los sectores que la República, resultante de la independencia, les negó.
Un bicentenario alternativo significa generar una nueva conciencia, y a la vez de establecer un enfoque analítico de nuestro pasado, desde la perspectiva del presente, así como marcar lo vivo del ideal independentista y la lucha anticolonial para trazar a futuro los lineamientos y las bases de un nuevo estado, integrador, inclusivo, nacional y popular.

Respecto de la valoración de la Independencias latinoamericanas, habría que decir que éstas tuvieron o un determinado carácter de clase, es decir pese al carácter nacionalista y en algunos casos radical y revolucionario por su objetivo central que fue sacudirse del dominio colonial, de ahí su merito principal. Sin embargo, no dejo de corresponder a los intereses de las élites criollas. Fueron los propietarios, los latifundistas, los miembros de la aristocracia local, los descendientes del linaje hispánico, herederos de los privilegios del sistema colonial, los que finalmente terminaron usufructuando los logros de la independencia. Las masas de indígenas, negros, mestizos, quedaban excluidos del nuevo orden oligárquico.
No es casual que los recuentos oficiales de la emancipación ignoran el rol de las masas en los movimientos independentistas. Muchos se entregaron a la causa libertaria nutriendo los ejércitos patriotas.

Por otro lado, la independencia no significo tampoco la cancelación total de la condición colonial, pues las naciones latinoamericanas continuaron siendo dependientes y sujetos a un sistema neocolonial de poderes hegemónicos, primero Inglaterra y luego los EEUU. Basta ver el flujo de capitales, las deudas contraídas, la presencia de enclaves y la explotación de recursos como la petróleo, la madera, los minerales, el café, el guano, el caucho, las plantaciones bananeras, Etc. a lo largo de los 200 años desde la independencia. Se formo una clase rica, una burguesía nacional pero dependiente y aliada del capital transnacional.

Fue esta alianza de las clases plutocráticas, incluyendo a diversas castas, militares, banqueros, latifundistas, gamonales, jueces, partidos políticos, incluso la casta eclesiástica, lo que configuró una sociedad que formalmente era independiente pero que tenía una economía enfeudada al capital, una sociedad semi-feudal como la calificara JCM. Luego vino un proceso de industrialización pero sin perder su naturaleza dependiente.

Es decir tuvimos una clase burguesa con sus partidos liberales y conservadores, civilistas, caudillos militares, Etc., que nunca rompieron con la mentalidad feudal heredada de las castas coloniales hispánicas. Se sintieron más señores que emprendedores y generaron un tipo de nación a su imagen y semejanza, la nación aristocrática.
Sin embargo estos 200 años también significaron la continuidad de la resistencia, como los movimientos por la tierra, la identidad de los pueblos originarios, por la conquista de los derechos laborales, las luchas por la reforma agraria, etc.
A 200 años vivimos aún una situación postcolonial dependiente en la que no hemos roto el todo con las cadenas que nos atan al capital transnacional enmascarada en la globalización. Sin embargo también vivimos tiempos que se atisban vías alternativas al modelo heredado de la colonia y al presente modelo neoliberal. Los pueblos empiezan a plantearse salidas a la situación de dominación externa e interna.
El bicentenario viene en un momento particular de nuestro desarrollo histórico, a diferencia de la celebración del primer centenario en una época de dominio pleno del estado oligárquico. Pero está aún el reto de superar el enorme peso del sistema capitalista transnacional imperante que es el verdadero freno para nuestro desarrollo como naciones y como región.

Para nosotros no hay un fin de la historia como proclaman algunos. Más bien, lo que hay es un ingreso a la historia en el sentido hegeliano del término. Ahora Latinoamérica se nutre de historia, sale de su soledad que era la soledad de la marginalidad. Apenas empieza el siglo XXI y el bicentenario coincide ese despertar en un momento de una nueva crisis del capitalismo global. Hay una nueva racionalidad histórica que asumir, desarrollar y plantear. No será la razón etérea del filósofo sino la razón de los pueblos que se materializa en las luchas por sus derechos.

Vivimos un periodo de transición en nuestro devenir histórico de haber sido colonias a una situación en que buscamos ser naciones soberanas, libres e independientes. Si la primera independencia trajo como consecuencia la ruptura con el dominio colonial la segunda independencia será la independencia definitiva de la dominación neocolonial y del colonialismo interno.

Esto es lo que entendemos por la búsqueda de la segunda independencia y la afirmación de nuestra identidad, la fundación de una nueva republica que ya no será para una elite sino un nuevo estado con sustento en las masas populares, en los indígenas, en los pueblos originarios en los pueblos secularmente excluidos, que los reconozca en su condición de ciudadanos con los iguales derechos.
La identidad latinoamericana que sirve de sustento para la unidad continental se basa en la historia común de nuestras naciones, su común interés en la libertad y la independencia y la resistencia a todo colonialismo.
Por lo tanto las tareas que emanan del Bicentenario son múltiples. Por ejemplo la emancipación económica, romper con nuestra condición de exportadores de materias primas e importadores de manufacturas. Generar nuestra propia tecnología, y procesar nuestros propios recursos beneficiando principalmente a las poblaciones de menores recursos a través de un modelo de industrialización sostenible.
Un elemento nuevo es la mayor conciencia ecológica, por eso el tránsito de la colonia a la independencia es simbólicamente el tránsito de la madre patria a la madre tierra, a la Pachamama y la ruptura con el modelo depredador de recursos humanos y naturales.
Si la primera independencia nos dio la libertad frente al yugo monárquico, la nueva independencia nos debe dar la igualdad social, la justicia, el respeto de la vida y de la naturaleza. Es la libertad pero con justicia y equidad.

El Bicentenario de los pueblos es la toma de conciencia de los tiempos en que vivimos, del nuevo amanecer que se vislumbra para Latinoamérica, de los nuevos gritos de libertad que se oyen en los cuatro confines del continente.

Las acechanzas y amenazas de los enemigos de los cambios y transformaciones, desde adentro y desde afuera, pues si antes estaban los restauracionistas, realistas y pro monárquicos, hoy están a los golpistas, a los aplicadores de la políticas armamentistas y los que fomentan la inestabilidad en la región.

Hay una nueva Latinoamérica que está emergiendo producto de la crisis del modelo neoliberal y se expresa en la serie de los procesos en todo el continente, en Bolivia, Venezuela y Ecuador, Uruguay, Paraguay, Brasil, Nicaragua, etc. Procesos que tienen como antecesora, en uno u otro sentido a la Revolución Cubana, a la Revolución sandinista, y antes la revolución mexicana y tantos otros movimientos por la libertad de los pueblos que nunca cesaron desde la Independencia, y desde antes.

El bicentenario debe ser visto como un momento del despertar de los excluidos de Latinoamérica, para romper definitivamente con la república aristocrática descrita por el historiador Flores Galindo uno de los precursores de la Otra Historia. El Bicentenario, en suma significa repensar la independencia, constatar la obsolescencia del estado oligárquico, significa igualmente retomar las raíces de nuestra identidad, generar un modelo de sociedad y estado soberanos e inclusivos.

Como podemos decir que somos independientes si aun la mitad de los latinoamericanos, unos 250 millones viven en condiciones de pobreza y cerca de 90 millones en la total indigencia, según la CEPAL, si hay millones de desplazados, si convivimos con la peste, la tuberculosis, como en el Perú, o si se permite que el friaje mate a cientos de niños en cada invierno. O cuando se entregan los recursos naturales a manos de las transnacionales sin ningún beneficio para las poblaciones empobrecidas por siglos de atraso y abandono.

Hablar de la independencia hoy por lo tanto significa hablar de transformación. Hace 200 años la ideología que condujo la independencia fue la ideología liberal que la clase criolla adoptó de la burguesía en ascenso en Europa. Las revoluciones francesa y norteamericana fueron los referentes de las luchas por la independencia latinoamericana. La Declaración Universal de los derechos del hombre y del ciudadano era uno de los documentos clandestinos que circulaban por esos días y están prohibidos por la corona española. En el presente ya no basta el ideal liberal por más radical que se presente, hace falta una ideología que combine la libertad con la igualdad, la justicia social.
El discurso abstracto de la libertad sirvió y sirve aun para cometer tropelías contra los pueblos y las naciones. Por eso recordamos lo dicho por Bolívar en 1826 cuando advertía que en nombre de la libertad y la providencia el vecino del norte se sentía llamado a ejercer su dominio en suelo latinoamericano, adelantándose al Destino Manifiesto y más recientemente al New American Century de Bush.
Otro aspecto fundamental de la Independencia fue la unidad continental que hace 200 años hizo posible la independencia del poder monárquico, hoy vuelve a ser una necesidad, esta vez para la emancipación social. Por eso renacen las figuras de Bolívar, Sucre, San Martín, OHiggins, próceres y visionarios como Miranda, como Simón Rodríguez, Vizcardo y Guzmán. También de líderes indígenas como Tupac Katari y Tupac Amaru, y los líderes negros de la revolución haitiana, sin dejar de mencionar el rol de las mujeres como la valerosa Micaela Bastidas y tantas otras mujeres patriotas. Una vez más la unidad continental será fundamental para la segunda independencia.

Las celebraciones oficiales recuerdan de los primeros gritos rebeldes que se dio en Latinoamérica desde México hasta Buenos Aires producidos entre 1809 y 1810, y que continuaron en la segunda fase de la Independencia con las declaraciones y batallas hasta 1821 y 1824. El bicentenario debe ser visto como un proceso vivo y actuante, lo tenemos delante nuestro. Durante todo el siglo XX se generaron movimientos nacionalistas, populares, campesinos, que siguieron clamando por un cambio y resistiendo el intervencionismo y la ofensiva del gran capital en complicidad con las oligarquías. La independencia, más que un proceso acabado, es un proceso continuo, la independencia no es una cosa del pasado, después de los libertadores vinieron Martí, Emiliano Zapata, Sandino, el Che. Los libertadores de antes fueron los criollos. Los nuevos libertadores son ahora los pueblos.

Por eso, la unidad continental es fundamental. Si el capital global no tiene patria tampoco la solidaridad internacional tiene patria. En todo caso hay una patria grande martiana. Lo nuevo de la emancipación actual son estos nuevos actores, son los indígenas, los pobladores, los barrios, los sindicatos, las organizaciones de base, las minorías, los desplazados, los migrantes, en suma los excluidos del estado oligárquico. Ese es el nuevo contingente para la segunda y definitiva independencia, para forjar la nueva gran patria Latinoamérica.

Londres, 7 de agosto 2010

Presentado en la conferencia “Bicentenario, pasado, presente y futuro” en el SOAS organizado por la Coordinadora Latinoamericana.
Miembro de Quinto Suyo y de la Campaña por el Reconocimiento de la Comunidad Latinoamericana.

Thursday, August 12, 2010

Paquita Magdalena Vexler In memoriam

Magdalena Vexler ha fallecido
Nuestro más sentido pesar a la familia de la profesora Vexler también conocida cariñosamente como Paquita. Sin duda el deceso de la profesora deja un enorme vacío entre los que la apreciaron por su personalidad y su aporte a la filosofía sanmarquina. Nos aunamos a la comunidad sanmarquina al expresar nuestro pesar por esta irreparable pérdida.

Agradecemos a Manuel Paz y Miño por hacer nos llegar algunos enlaces de artículos que Magdalena Vexler como una muestra de su contribución al quehacer filosófico en nuestro medio.


Textos de Paquita Magdalena Vexler Talledo

Génesis del concepto de ley científica:

http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/escri_pensam/1998_n1/gen_del_con_ley_cientif.htm

LAS CONTRIBUCIONES FILOSÓFICAS DE VÍCTOR LI-CARRILLO AL PENSAMIENTO PERUANO:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/Publicaciones/Logos/2000_n5/pensadores_comt1.htm

Javier Prado Ugarteche (1871-1921) y la condición humana en LA INTELECTUALIDAD PERUANA DEL SIGLO XX ANTE LA CONDICIÓN HUMANA pág. 85:
http://www.corredordelasideas.org/docs/intelectualidad_peruana_tomoI.doc

Segundas Jornadas Americano-Europeas de Ciencia y Filosofía

“Ciencia, Religión y Civilización.
Wittgenstein frente a los excesos del Proyecto de Modernidad y la Ilustración”
Segundas Jornadas de Análisis Filosófico, Jurídico y Político “Lenguaje, Realismo político y Teoría Pura del Derecho. Wittgenstein y la Filosofía del Derecho”

26, 27 y 28 de agosto de 2010 – UNMSM, Lima, Perú


¿QUÉ SE EXAMINARÁ EN ESTOS DOS CERTÁMENES?

El conjunto de ponencias y discusiones que componen las Segundas Jornadas Americano-Europeas de Ciencia y Filosofía “Ciencia, Religión y Civilización. Wittgenstein frente a los excesos del Proyecto de Modernidad y la Ilustración” / Segundas Jornadas de Análisis Filosófico, Jurídico y Político “Lenguaje, Realismo político y Teoría pura del Derecho. Wittgenstein y la Filosofía del Derecho”, esclarecerá inquietudes en torno a cómo obtener una imagen crítica de la ciencia moderna (sobre sus diversas tareas internas y compromisos con el entorno), una perspectiva de la religión cristiana que no se funde en su desencuentro a priori con la ciencia mencionada, y una aproximación a la civilización que nos ha tocado vivir y que no conceda privilegios motivados por nuestra pertenencia a una u otra cultura. Será nuestra referencia principal los libros y notas de Ludwig Wittgenstein –lógico, filósofo y critico cultural (asociado ordinariamente a cientificistas, Kierkegaard, Budismo Zen o Arte avant-garde, conceptual, y sobre cuya vida y escritos se construyen delirantes novelas –tantas como para ejemplificar prudentemente, películas –Jarman, o exhibiciones de arte conceptual -Kosuth).

El publico universitario en general podrá, pues, ensayar respuestas a preguntas tanto de interés técnico y multidisciplinar (relativo incluso a la Teoría y Filosofía del Derecho o la Teología Política) como de preocupación extra-académica, de pronto psicológica y sociológicamente más fundamentales (el futuro de la Tecnocracia, la presencia del Cristianismo y la guerra como posibilidad).

Se ha decidido tener a Wittgenstein como referencia para el tratamiento del problema de la condición de la ciencia, del lugar de la religión (cristiana) y de las dimensiones de la civilización, porque, dentro de una larga lista de buenas razones, él, muy a pesar de lo que quieran imaginar filósofos continentales (especialmente los de muy decadente acento posmoderno) y filósofos continentales (en sus versiones más ingenuas), ofrece un cuadro de la ciencia, respecto del oficio filosófico y la vida cotidiana en general, bastante iluminador. Así, critica a su comunidad inmediata cuando afirma, en su póstumo Cuadernos Azul y Marrón, que «[l]os filósofos tienen constantemente ante los ojos el método de la ciencia y sienten una tentación irresistible a plantear y contestar las preguntas del mismo modo que lo hace la ciencia. Esta tendencia es la verdadera fuente de la metafísica y lleva al filósofo a la oscuridad más completa.» El matiz no difiere a la hora de presentar, en su único libro publicado en vida Tractatus Logico-Philosophicus, a la ciencia en vinculación con lo que él consideraba nuestros problemas medulares (el sentido de la vida, no bueno, lo bello, Dios, el mundo), aseverando que «aun cuando toda las posibles cuestione científicas hayan recibido respuestas, nuestros problemas vitales no se [habrían] rozado en lo más mínimo». ¡Qué espécimen tan raro este Wittgenstein, sugiriendo cosas tales en una Austria (e Inglaterra) no poco cientificista y desacralizante!

Aquellos que todavía hoy carecieran de, por así decirlo, un perfil investigativo de Wittgenstein (que pudieran recordar mientras vamos mencionándolo), han de saber que no se exagera cuando se lo representa como el gran acreedor de buena parte del conocimiento científico desmitificador, el análisis filosófico penetrante y los saberes cotidianos en lo que va de sus primeros apuntes (1913 aprox.) al actual vigoroso debate internacional sobre sus textos, póstumos y demás. No somos deudores simplemente de –como si fuera poco- lo que produjo su etapa de formación universitaria, ocupada en Ingeniería (Berlín), (fundamentos de la) Matemática (Manchester) o Filosofía del Lenguaje, la Lógica y la Mente (Cambridge). Aunque este proceso es ya rico en cavilaciones y aportes concretos (en Semántica, Lógica, Epistemología e, indirectamente, Teología), y uno donde además de Frege y Russell sus interlocutores incluyen prominentes ingleses en Economía, Matemática e Historia (Keynes, Whitehead, Strachey), nuestra deuda asciende todavía a una suma mayor y se encuentra necesariamente anexada al conjunto de influencias que el propio Wittgenstein, en su polémico Aforismos. Cultura y Valor, consignó para cuando, como ahora, hubiesemos de poner de relieve su crédito. Con modestia (o simple astucia para que no logre divisar el valor real de sus servicios elucidatorios quien no merezca tomarlos prestados), declara: «[c]reo que nunca he inventado un movimiento de pensamiento, sino que siempre me fue dado por algún otro. Lo único que he hecho es tomarlo inmediatamente con entusiasmo para mi trabajo de clarificación. Así me han influido Boltzsman, Hertz, Shopenhauer, Frege, Russell, Kraus, Loos, Weininger, Spengler, Sraffa». Dos físicos; un metafísico; un lógico; un lógico, filósofo y crítico cultural; un crítico cultural satírico; un arquitecto; un filósofo (de la sexualidad); un historiador; un economista: todos en Wittgenstein. El contacto experimentado con cada uno de ellos, directa o indirectamente, difiere en grado, momento y manera y, por supuesto, en cómo y cuanto la influencia se tradujo subsiguientemente en réditos cognoscitivos para la tradición, campo o disciplina de origen: de los físicos tomó un modelo de ciencia y –curiosamente- una concepción de la filosofía y del lenguaje como disolución de problemas y como figura respectivamente; de los lógicos, el metafísico, el satirista y el arquitecto, la materia prima para articular –de forma y fondo- su primera filosofía; de los críticos culturales, el arquitecto y el historiador (pero también del filósofo de la sexualidad), los componentes mínimos para configurar una sensibilidad crítica frente a la decadencia de un mundo moderno sostenido por, entre otros, el ornamento, la habitual manipulación periodística del lenguaje y la moral propia del cobarde afanado por falsa eternidad; y, finalmente, acaso las fuentes más decisivas, del filósofo de la sexualidad –¡una vez más!- y del economista, tomó las ideas de pureza, rigor ético y del compromiso religioso con uno mismo, y el ejemplo interpelador que logra hacerle a uno renunciar a creencias que había considerado definitivas e intocables –el caso palmario es su renuncia al Tractatus para abrazar lo sugerido en su libro Investigaciones Filosóficas. (Junto a los citados, personajes de las ciencias y las Artes que también debieran enlistarse como girando alrededor de su pensamiento y nutriéndolo, son: Moore, Mauthner, Shoenberg, Klimt, Tolstoi, Freud, Kierkegaard, Nietzsche, Kafka, Lichtenberg, Dostoyesky, San Agustín y el pragmatista James, entre otros.)


Continuando con la metáfora, podemos, para precisar el alcance actual de la deuda, seguir sacando cuentas. Hagámoslo evidenciando lo que algunas disciplinas ya le deben y lo que algunas otras podrían deberle a la filosofía wittgensteiniana –especialmente tardía. La Física, toda vez que menos empirista, reduccinista o representacionista, es más flexible respecto de cómo interactuar provechosamente con la Teoría de la Acción, al distinguir ambas entre causas, motivos y razones, y la Filosofía, al hacerle comprender a ésta –especialmente de tradición continental- que podría anticuarse por medio de un modelo de análisis conceptual extraído de aquella y que, para librarse de cierta metafísica, enfatice un sesgo descriptivista, quietista. Las Matemáticas y la Lógica se han liberado de un platonismo, previo desmantelamiento de lo que suponían nociones como conjunto, teorema, expansión infinita, prueba, máxima generalidad, cálculo, evidencia, formula algebraica, necesidad, consecuencia, proposición, etc. y lo han hecho hasta hoy poder hablarse respetablemente y con mucha atención de Lógica difusa y Etnomatemática. Pedagogos (no se pierda de vista que Wittgenstein abandonó Cambridge para trabajar como maestro de escuela en los más miserables lugares de la Baja Austria), historiadores y sociólogos informados se han beneficiado de forma parecida con la introducción wittgensteiniana de las nociones de juego de lenguaje, aires de familia y formas de vida, y por, a partir del entendimiento de éstas, la revisión del vocabulario moderno: progreso, ley histórica, desarrollo, etc. La Etología ha depurado su biologismo y ha hermeneutizado, con los desarrollos wittgensteinianos de Lichtenberg y Weininger, los experimentos sobre entender animales. Arquitectura, Artes Visuales y Teoría Literaria han quedado cautivadas por el minimalismo, la investigación sobre el color y sobre los significados problemáticos de imaginar, escribir y leer. (Inclusive todo lo sustantivo de las buenas Teorías de la Argumentación ya se encuentra en Wittgenstein.) Antropología, Psicología y Lingüística, sin embargo, son las que han hecho de Wittgenstein la más inteligente y productiva excusa académica para enfrentar sus problemas con éxito. Con sus observaciones tanto al relativismo como al naturalismo, los antropólogos han revalidado su estatuto epistemológico y nada más y nada menos que con el estudio de la categorización de los colores (estamos pensando en Berlín), han cooperado decisivamente a la instalación del enfoque cognitivo en Ciencias Sociales, cuya consecuencia inmediata se hará sentir dentro de la Psicología (el ejemplo es Rosch y su equipo). Ésta, no sólo por alusión a lo anterior, ha llevado a cabo autoevaluaciones cardinales al tomarse en serio las críticas de Wittgenstein al Psicoanálisis, sus aportes a la Gestalt y la puesta en entredicho del conductismo mostrando usos desencaminadotes de estado mental, conducta, inteligencia, mente, inconciente, cerebro, percepción, pensamiento –observación que alcanza la parte materialista-eliminativista de las Neurociencias. (Es más, entre quienes supieron aprovecha a Wittgenstein como excusa, aunque no sabemos si inteligentemente, pueden contarse a poetas y feministas; ambos ficcionando compulsivamente, ambos libres de acusaciones de maledicencia –unos, por licencia, otras, por que, de manera alucinante, se podría invertir la acusación y sindicarnos de transgredir los derechos de género o, simple y más fácil, llamarnos misóginos.) A su turno la Lingüística de acento pragmático ha conseguido posicionarse como la tendencia hegemónica en los más importantes Departamentos de Lingüística del planeta admitiendo que debajo de todo su así llamado experiencialismo cognitivo se encontraban argumentos wittgensteinianos –los que, digámoslo claramente, son los únicos que hasta ahora pueden echar por tierra otros tantos de propiedad de uno de los genios de la Lingüística, Chomsky.

Llegados a este punto uno bien puede sentirse abrumado por lo exorbitante y cuantiosa que ante sus ojos se muestra la suma adeudada. (¿Pero, no podría uno, además, sentirse tentado a buscar algún libro de nuestro filósofos?)

Ahora bien, quienes de aquellos para los que se ha trazado este rostro de Wittgenstein esperasen que se les demuestre que lo que él tiene que decir es tanto como bueno (profundo, claro y útil), uno sólo podría informarles que el único modo de satisfacción al respecto consistiría en el estudio prolongado y paciente de los libros y notas de tratado. Desde luego las Segundas Jornadas Americano-Europeas de Ciencia y Filosofía “Ciencia, Religión y Civilización. Wittgenstein frente a los excesos del Proyecto de Modernidad y la Ilustración” / Segundas Jornadas de Análisis Filosófico, Jurídico y Político “Lenguaje, Realismo político y Teoría pura del Derecho. Wittgenstein y la Filosofía del Derecho”, sin más, una oportunidad –quizás muy buena- para, de la mano de especialistas, inaugurar dicha empresa académica.


¿QUIÉNES DEFENDERÁN PONENCIAS?
Se ha invitado a un grupo de estudiosos de la obra de Wittgenstein de, especialmente, España, Brasil, Italia y Francia. Algunos de los expositores son: Vicente Sanfeliz (U. de Valencia - España), Nicolás Sánchez (U. de Valencia – España), C. Ors (U. de Valencia - España), Marciano Spica (Universidade Estadual do Centro-Oeste - Brasi), Vladimir Sierra (PUCE - Ecuador). Jean P. Cometti (Université d' Aix en Provence - Francia).y Luigi Perissinotto (Università Ca' Foscari di Venecia - Italia) también han submitido sus ponencias.


¿CUÁL ES EL PROCESO DE INSCRIPCIÓN?
Enviar un email a diaporein@redfilosofica.de cuyo único contenido se componga de la solicitud explicita de vacante para inscripción, datos pormenorizados del solicitante y una lista de nombres y cuentas electrónicas de personas que sienta interesadas también en el tema de los eventos. El asunto del email deberá ser SOLICITUD DE INSCRIPCION. A continuación, recibirá información sobre todos los pasos a seguir.

Este evento solo dispone de 40 vacantes.

Los inscritos tienen derecho a: (1) el material introductorio y (2) las 15 (aprox.) ponencias y charlas de ambas Jornadas, (3) el resumen de cada uno de los capítulos del libro en prensa Sobre lo que no se puede hablar. Wittgenstein en torno a la religión (cuyos contenidos difieren de idioma: francés, portugués, italiano y español), (4) dos certificados y (5) el total de ponencias.

Todos los investigadores destacados (líderes en sus proyectos de investigación, con record de publicaciones y ponencias arbitradas, y pasantías fuera de su país de origen), estudiantes preuniversitarios con pretensiones de profesionalizarse en Letras y Ciencias Sociales y profesores cesantes mayores de 75 años están exonerados de cualquier inscripción y sólo requieren enviar una solicitud al correo arriba indicado.

Los requisitos de inscripción tendrán una variación (del viernes 30 de julio al 19 de agosto / del viernes 20 de agosto al 26 de agosto).


Coordinador general del evento:
Antonio Ramirez-Victorio (Biodata - Blog)
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Grupo Diaporein
Cátedra Iberoamericana Ludwig Wittgenstein
LEXICOM Internacional Research Project
0330105@unmsm.edu.pe
antonio@redfilosofica.de